Volar Sobre el Pantano

 

Volar sobre el Pantano

de Carlos Cuauhtémoc Sánchez

Una Historia de maldad y la venganza, sobre tratar de atraparnos en el denso fango, y cuanto estaremos dispuestos a pagar el precio de triunfar y poder volar a la realización.




Biografía de Carlos Cuauhtémoc Sánchez:

 




Capítulo I: “La soledad”

Lisbeth estaba en las afueras de su casa cuando encontró a su hermana Alma, le pidió a Lisbeth que le contara una historia ya que había tenido pesadillas, la historia hablaba sobre su madre la cual estaba llamando nerviosamente a Lisbeth, la llamo para que se levante y se cambie, afuera le esperaba su padre en su camioneta, el padre le pregunto a Lisbeth que como le iba con su relación, respondió que su novio se llamaba Martín, todo termino en Lisbeth diciendo que estaba embarazada. En ese momento Lisbeth sintió un vacío en su interior.

 

Capítulo II: “Ley de advertencia”

Entonces Lisbeth decidió tomar la carta de su hermana y abrirla, empezó a leer, en la carta su hermana le decía que estaba muy triste y deprimida que ya no sentía ganas de vivir que se sentía triste y sola, pero lo peor es que decía que era demasiado tarde, fue entonces cuando Lisbeth concluyo que debía ir donde su hermana para ayudarla, el problema fue que la carta no tenía remitente solo decía Hospital San Juan, llame para pedir información, después de preparar unas improvisadas maletas salí al aeropuerto. Llegue tarde por lo que no había más aviones su desesperación era tal que casi golpeo a la señora que se encontraba atendiendo por lo que ella ofreció una avioneta privada, acepte, al llegar a la pista subí a una avioneta que no lo parecía, con un piloto que tampoco lo parecía pero al fin emprendí el viaje.

 

Capítulo III: “Corrupción gradual”

Lisbeth subió a la avioneta pidió que le contara mi verdadera historia y a cambio ella me contaría acerca del abuso que sufrió, yo accedí y comencé a relatar: “a los dieciocho años formaba parte del equipo de fútbol de la escuela, al igual que mi amigo Joel tenía muchos sueños y anhelos, cuando llegó el nuevo entrenador la mayoría de los integrantes del equipo renunciaron incluida la banda que más nos odiaba, cada vez que entrenaba me sentía lleno de vida y muy motivado, pero al llegar a casa todo se iba abajo con una madre neurótica, un padre alcohólico y una hermana que cuidar y proteger no tenía tiempo de pensar en mi; conforme fue pasando el tiempo abandone todas mis esperanzas renuncié al equipo y me uní a esa banda que tanto detestaba, desde que me juntaba con ellos empecé a fumar marihuana robar y asaltar, pero solo así me sentía querido y aceptado por alguien; al poco tiempo Joel pidió unirse a nuestra banda para lo cual le pusimos una “prueba” y él aceptó inmediatamente, esa misma noche entramos a una tienda a robar, pero en ese momento llego la policía bien pude haberme escapado sin embargo regrese a ayudar a Joel que estaba herido y no podía a caminar, la policía nos detuvo y nos llevó a la delegación me pidieron hacer una llamada a lo que me negué, Joel en cambio llamó a su padre el cual acudió a liberarlo inmediatamente, cuando ya se iban Joel le pidió a su padre que pagara mi fianza ya que yo lo había ayudado.”

 

Capítulo IV: “Asociados”

“Al salir de la delegación nos subimos al auto del padre de Joel, el cual nos dio un fuerte regaño, pero poco a poco fue bajando al volumen hasta llegar al tono de tratar de darnos consejos, nos dijo que no abandonáramos nuestros sueños que lucháramos hasta alcanzarlos sin importar contra quien o que, nos contó que el era alcohólico rehabilitado lo que me hizo pensar que me podía ayudar a superar el estado de mi padre; al bajar del auto tenía tantas ganas de vengarme de la pandilla que fui al escondite donde guardábamos todas las cosas robadas tomé el dinero en efectivo, rompí todas las cosa y después les prendí fuego, tomé una pala y rompí el candado de la puerta para que no sospecharan de mí y salí huyendo, al llegar a mi casa escuché un silenció brutal que me llenó de preocupación, cual fue mi sorpresa que al llegar adentro encontré a mi padre embriagándose que dos de sus amigos.”

 

Capítulo V: “Zonas de atención”

Hice una larga pausa en mi relato Lisbeth me preguntó lo que pensaba y yo le respondí que las personas tenemos ocho zonas de atención las cuales son: corporal, emocional,  preventiva, de creación, de servicio y de misión . Luego continué con mi relato: “Al llegar a casa mi padre empezó a presumir de mi habilidad al fútbol y me sirvió un trago, después obligó a mi madre a que le consiguiera más licor, vi a mi hermana atrás de la pared escondida, de pronto mi padre me preguntó de donde había sacado tantos billetes y tuve que contarle la verdad de la pandilla (claro que no le conté acerca de la cárcel) mi padre me reclamo diciéndome que él nunca había sido ratero que por que yo me atrevía a robar, los padres creen que sus hijos deben imitar sus actitudes, pero no es así, todas las personas imitan las conductas del grupo donde se sienten aceptados y queridos en este caso la pandilla.”

 

Capítulo VI: “Alcoholismo y cerrazón”

En ese momento recordé una frase que el día anterior me había dicho Don Joel el padre de Joel, “Eres lo que guardas en la cabeza. Tus pensamientos te pueden hacer libre o esclavo.” Al día siguiente fui a su casa y trate de hablar con él, parecía que llevaba mucha prisa así que subió al auto y me dijo que hablaríamos cuando regresara, desesperado al ver partir le grité que mi padre era un alcohólico, se echó en reversa y me subió a su coche me pidió que lo acompañara al trabajo y en el camino podíamos platicar; una vez en el auto me explicó que es el alcoholismo, una enfermedad en la cual el enfermo pretende ser aceptado, empieza por ser un alcohólico sociable bebiendo en fiestas, poco a poco se convierte en alcohólico por alivio ya que necesita olvidarse un rato de sus problemas y termina en un gran bebedor el cual ya no se mide. También conversamos acerca de otra enfermedad llamada cerrazón la cual consiste en cerrarse a todo y no entender y/o aceptar algo, en este caso un alcohólico no entiende ni acepta que lo es lo cual es un gran problema para la familia. Llegamos al estacionamiento de su empresa y me sorprendió ver que era la misma en la que algún día trabajo mi padre, nos despedimos y me dio un libro acerca del alcoholismo, anotó una dirección en el libro y me dijo que era un grupo de rehabilitación la sesión empezaba a las 7:00pm, regresé a mi casa como nuevo sentimiento que no me duró mucho ya que la pandilla me estaba esperando afuera de la tienda de mi tío.

 

Capítulo VII: “Liberarse interiormente”

Salí huyendo y al brincar una barda me doble un tobillo así que decidí subir a un autobús y visitar el grupo de ayuda que me había dicho Don Joel, llegué a la 1 de la tarde y había una reunión de mujeres a las seis así que me senté y me quedé ahí sentado tan concentrado que no me fije que llegaban las mujeres de pronto vi una, que era muy hermosa, se acercó y le pregunté su nombre y el por que estaba ahí, me contestó que se llamaba Lisbeth y que era un grupo de ayuda para mujeres violadas.

 

Capítulo VIII: “Violación”

De pronto mire a Lisbeth y le pedí que ella cumpliera con su parte del trato y me contara lo que le sucedió después de un poco de insistencia ella accedió y empezó a relatar: “Esa misma noche que se enteraron de mi embarazo recibí una llamada telefónica del padre de Martín desde el hospital así que salí corriendo sin explicar nada de pronto al doblar una esquina rompí en llanto no aguante más y me senté en el piso a llorar de pronto escuché pasos levanté la cara y era mi padre el cual me pidió disculpas nos reconciliamos y salimos a toda prisa hacia el hospital, una vez ahí nos enteramos de que Martín ya había estado casado una vez, que no era ingeniero, no tenía auto y no trabajaba, cuando salí de ahí papá me prohibió volver a verlo y yo lo obedecí, un día me citó en un lugar por que quería discutir conmigo acerca del bebe, yo accedí y la única que se enteró de mi encuentro con él fue mi madre ese día paso por mí y me fui con él entonces me llevó a un hotel para que pudiéramos hablar más cómodos según él, yo me negué y le pedí que me llevara a otro lugar de inmediato, entonces nos fuimos por la carretera y por fin llegamos a una cabaña entonces el trato de besarme a la fuerza y desabotonó mi blusa entonces forcejeamos, en aquel momento salieron dos tipos de la cabaña y le ayudaron a Martín a someterme y fue entonces cuando abusó de mi yo le suplique y le rogué que pensara en el bebe, pero no le importó, y accedió a que los otros dos tipos también me violaran, desde ese momento no recuerdo que más hicieron conmigo, cuando terminaron de saciarse me obligaron a vestirme y subirme al carro me dejaron en mi casa y se fueron como si no hubiera sucedido nada; al llegar mi madre me preguntó que había sucedido y yo no respondí.

 

Capítulo IX: “Diferencias sexuales”

La avioneta hizo una pequeña escala, fue entonces cuando Lisbeth hizo una pausa en su relato y yo le pregunté si el desgraciado que le había echo eso estaba muerto, ella me dijo que me lo había advertido y que hubiera sido mejor no contarme nada, me sentí el peor hombre del mundo ya que no pude impedir que le sucediera eso a mi mujer, pero tampoco había echo nada cuando el jefe de la pandilla le hizo lo mismo a una jovencita. Al día siguiente decidí ir con mi antigua maestra de sicología me bañe con un estropajo de metal y me lastime horrible me hice rasguños de pies a cabeza sin importarme el dolor; llegué al salón de mi maestra y solamente le dije que me iba a matar ella corrió hacia mí y me auxilio diciéndome que me llevaría a levantar un acta y después a un grupo de ayuda, yo accedí. Al llegar al salón vi a todas esas mujeres muy bien arregladas y sonrientes por lo que pensé que todo era una farsa, pero poco a poco la mujer que estaba exponiendo nos fue explicando tantas cosas que fue entonces cuando comprendí tantas cosas acerca del por que lo había echo, ya que ella nos explicó que la mayoría de los hombres busca tener relaciones sexuales por el simple echo de obtener placer, en cambio las mujeres lo buscan más por sentirse amadas y queridas y por el romanticismo que esto implica. Además que me hizo razonar que estaba en el lugar adecuado y debía denunciarlo, asimismo que yo valía más que por lo que tenía que ver con el sexo, del tipo de persona y que a pesar de todo yo era una mujer valiosísima.

 

Capítulo X: “Venganza”

Al verla recordé lo que sucedió ese día que la conocí, cuando llegué a mi casa mis terribles miedos se hicieron realidad había tres hombres en mi casa, solo uno era de la pandilla el líder me dieron un cachazo en la cara y después me obligaron a ir al cuarto de mi tío Ro, vi a mi abuela minusválida en el piso sin su silla de rudas a l tío desmayado con la frente abierta y a mi madre atada, al golpearme el malhechor pensó que estaba desmayado, así que aproveche para desatar a mi madre que me dijo que mi padre estaba tirado en la sala borracha y que Alma se había escondido, de pronto escuché sus gritos así que corrí a la ventana, quite uno de los barrotes y salí, después camine por la orilla hasta llegar a la siguiente ventana que estaba cerrada, fue entonces cuando se me ocurrió algo, me sostuve solo de las manos en la orilla de la ventana y comencé a balancear mis pies hasta que sentí que mis manos se resbalaban y brinque a la ventana del piso de abajo donde se encontraban los tres hombres molestando a mi hermana y tome un tuvo galvanizado, pero estaba muerto de pánico y cuando vi que el líder comenzaba a manosear a mi hermana me le deje ir golpeándolo en la cabeza y logré desmayarlo, pero los otros dos me dieron una paliza que tuve que estar un mes en el hospital y a pesar de eso fue agradable durante todo ese tiempo tener a mi hermanita cerca de mi noche y día, al salir de ahí fue cuando vi mi rostro desfigurado había perdido un ojo y por ese motivo mi hermana me ha estado agradecida toda la vida, idee un plan para cobrar venganza y decidí buscar a dos matones para que golpearan al líder de la pandilla, alguien que escuchó mi problema se acercó y me dijo donde los podía encontrar, esa misma noche fui al cabaret que me dijo, al entrar vi tantas cosas que pensé que al sentarme había mojado los pantalones, cuando empecé a oír balazos salí corriendo y mi sospecha era cierta mi pantalón estaba mojado, pero de sangre, ya que la silla donde me senté estaba llena.

 

Capítulo XI: “Causa y Efecto”

Al día siguiente me di cuenta de que necesitaría dinero para pagar a los matones así que acudí con el padre de Joel, él se negó a prestarme el dinero para mi venganza ya que me explico que el día que yo robe el dinero sembré algo y ahora lo estaba cosechando, además de que me dio algo más valiosa, me explicó como hacerle para que mi padre ya no fuera alcohólico: lo primero era dejar de consentirlo, no desentendernos de él, pero hacerle saber que tenía que aceptar las consecuencias de sus actos, después me dijo que uno debe liberarse internamente y no depender del alcohólico y la ultima era tener un careo amoroso, el cual consiste en que cada uno de los afectados le diga al alcohólico en que lo ha afectado de una manera tranquila, así que decidí hacer otro plan llevar a Don Joel a mi casa en plan de que platicara con mi familia y ya estando allá con mi padre obligaría a que se llevara a cabo un careo, claro que lo hice sin saber que estaba punto de vivir una de las experiencias más fuertes de mi vida.

 

Capítulo XII: “Careo amoroso”

Cuando llegó papá yo tuve que empezarlo todo, al principio Don Joel me miró con coraje, pero poco a poco me fueron apoyando él, mamá y Alma, mi padre seguía un tanto necio a pesar de todo lo que le decíamos, pero lo que lo derrumbo fue que Alma se acercó a él y le dijo que lo necesitaba, lo abrazo y comenzó a llorar amargamente por lo que papá accedió a ir a la clínica, Don Joel arregló todo y al día siguiente todo estaría listo y pasarían por él a la casa. Esa noche no pude dormir así que fui a platicar con Alma; ella me preguntó si alguna vez me había sentido inútil por que ella sí fue entonces cuando decidí contarle que conocía de un grupo donde iban mujeres que habías sido violadas y acerca del sermón de Lisbeth y eso pareció interesarle, entonces le conté los planes que tenía de terminar la universidad y la hice que me prometiera que se cuidaría y saldría adelante.

 

Capítulo XIII: “Adopción”

Cuando llegamos al aeropuerto tomamos enseguida un taxi y le dijimos al lugar nos dirigía cuando subimos al auto le pedí a Lisbeth que continuara con su relato, ella continuó: “Mi maestra fue a buscarme y me dijo que tenía un amigo que trabajaba en una casa cuna, me llevó y me pidió que tomara en cuenta esa opción de darlo en adopción, su amigo me llevó por todo el lugar y me explicó que los bebes tienen más posibilidad de ser adoptados después de varias horas de meditarlo acepté aunque me partiera el corazón, el amigo de la maestra me dio una carpeta y me dijo que ahí estaba toda la información de los padres que querían adoptar un bebe que yo eligiera a la pareja que lo adoptaría, mis padres me ayudaron a escoger y me apoyaron no me dieron teléfonos ni direcciones para que jamás encontrara a mi hijo; el día del parto fue natural así que pase todos los dolores y durante el tiempo del embarazo y el parto sufrí mucho, pero también crecí como mujer y persona, los doctores solo me dieron 1 minuto para ver y despedirme de mi bebe, aunque eso infringía las reglas”. Cuando llegamos al hospital y pedimos información nos dijeron que no tenían nada me puse tan furioso que espante tanto a las monjas que atendían que terminaron por confesarme que era un hospital para fármaco dependientes y que el caso de mi hermana era un caso especial.

 

Capítulo XIV: “El rascacielos”

Recordé que Lisbeth y yo habíamos aprendido a superar el rascacielos y que lo que me motivo a subir y subir fue ella, de pronto se abrió la puerta de la pequeña oficina del hospital y la psicóloga social nos hizo pasar yo estaba tan enfurecido que las horas me parecieron una eternidad, la doctora nos explico que mi hermana era heroinómana, nos apuntó su dirección en un papel, yo tenía tanta ira que salí corriendo y jale a Lisbeth del brazo; la doctora nos dijo que no la fuéramos a buscar en ese momento ya que eran las tres de la mañana, todo enfurecido le pregunté por que y ella me dijo que había abandonado el tratamiento a la mitad y ahora era una prostituta.

 

Capítulo XV: “¿Por qué me excluyeron?”

Al día siguiente llegaron mis padres ya que Lisbeth los había llamado así que tuve que contarles todo, nunca había visto a mamá tan quebrantada y desconsolada, de pronto entre la conversación salió a relucir algo que no me agrado mucho conocer me contaron que el tío Ro había obligado a Alma a que lo besara y le acariciara sus partes cada vez que el quería, que cuando mamá obligaba a mi hermana a ayudar al tío a guardar las cajas del video él a aprovechaba para abusar de ella y que aunque una vez trato de penetrarla no lo logró yo enfurecí más y les reclame el hecho de haberme excluido ellos se justificaron diciendo que yo estaba terminando la carrera y no podían molestarme, entonces pregunté si le habían acho algo al tío Ro a lo que me contestaron que como era un familiar y estaba de por medio la salud de la abuela ya que él la cuidaba solo determinaron cambiarse de casa y papá sufrió una recaída y a los pocos meses de regresar del centro de rehabilitación Alma se fue con un hombre que le triplicaba la edad.

 

Capítulo XVI: “Abuso a menores”

Al llegar a casa de Alma no encontramos a nadie así que mis padres decidieron ir a la antigua casa para ver si les podían dar alguna información acerca de ella, en ese momento solo pensé en el desgraciado del tío Ro, le pedí a Lisbeth que se quedara a hacer guardia, que regresaría en media hora, fui hacia la casa de Ro, cuando llegué esa casa me trajo tantos recuerdos, los olores, las texturas todo; toqué la puerta de la casa y me entere de que la abuela había muerto 5 años antes y que el tío se había vuelto a casar; su esposa me abrió la puerta entré de golpe y saqué arrastrando y le reclamé todo y estuve apunto de golpearlo, él le pidió la pistola y ella corrió por ella, lo llevé al balcón y lo amenacé con aventarlo; de pronto recapacité y me arrepentí de todo y salí corriendo de ahí.

 

Capítulo XVII: “Volar sobre el pantano”

Cuando regresé al departamento no había señales de Alma, de pronto salió la vecina y nos dijo que tenía una amiga en el departamento 18, Lisbeth y yo decidimos ir, al llegar nos abrió una muchacha que después de un rato de dudar nos permitió pasar; después de un rato de espera salió mi hermana, al principio ella solo se dedico a culpar a todo el mundo y a tratar de hacerse la victima del destina; hasta que por fortuna logré hacerla entrar en razón y Lisbeth le hizo razonar que si ella quería podía ser libre y salir a delante a pesar de todo lo que había sufrido, al final me confesó algo que me dejo helado ya que me lo dijo de golpe: Zahid tengo sida… y yo lo único que pude decirle fue: siempre estamos a tiempo para decir basta, para oír el llamado que tenemos hacía la felicidad, para sacudirnos el cieno y volar muy alto y muy lejos del pantano…


Tipo de Narrador:

Omnisciente/En primera persona/Testigo

Valoración Personal:

Pienso que esta historia nos puede ayudar en varios problemas, y nos explica que aunque los problemas nos agrumen siempre podremos salir del fango del pantano. Nos enseña que aunque los malos momentos llenen nuestra cabeza y el remordimiento este presente siempre tenemos que saber que podemos salir del fango del pantano, superar nuestros problemas y finalmente, volar. 










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